Variadas circunstancias pueden determinar la obligación de determinar un valor objetivo del conjunto de una empresa. Un valor que viene determinado por magnitudes contables estáticas, tales como lo activos, tanto a valor histórico como revalorizados a fecha actual, y pasivos, y otro valor que viene determinado por la capacidad de la empresa de generar beneficios en un futuro por encima del rendimiento normal de una empresa promedio similar, lo que corrientemente se denomina el fondo de comercio.
Este cálculo entraña un análisis sumamente objetivo, en aras a determinar las expectativas lo más aproximadas a la realidad, en base a los datos históricos y a la aproximación a la tendencia futura en base a técnicas de regresión y alisado.
Influyen 2 variables, el coste medio de las fuentes de financiación WACC (Weight Average Cost of Capital), en el que interviene la β desapalancada. Y otro parámetro, que es el horizonte temporal ó número de años sobre el que se calcula el fondo de comercio, normalmente entre 5 y 10 años.
Una vez obtenidos unos valores, que viene determinado por los beneficios, flujos de caja libres futuros, …, debemos reflejar los distintos escenarios, de menos optimista a más optimista.
Dichos valores debemos contrastarlo con los multiplicadores del EBITDA, PER, …., a través de informaciones bursátiles.
Y en base a la experiencia, conocimiento de la empresa, …, se concluye que el valor de la empresa está dentro de una horquilla, en base al estudio realizado.
En el cálculo de las cifras iniciales, previos a los multiplicadores, se atienden las recomendaciones del ICAC, resolución de 23 de Octubre de 1991.
Nuestros informes son ante todo razonables.